
A
REPORTAJES
G
Paellas Valencia & Alicante
Desde hace ya algunos años, tanto en la ciudad de Valencia como en la de Alicante vienen celebrándose el evento de las Paellas Universitarias de manera diferente a la habitual. Ciertamente, ya poco tiene que ver con una fiesta universitaria, pues el acceso libre a través de la compra de una entrada ha provocado que tenga cabida todo tipo de jóvenes. En pocas palabras, la tradición ha dejado paso a ingentes festivales celebrados en recintos amplios y alejados de la vida universitaria.
Y es que, en los primeros años de celebración, sí se realizaban en los propios recintos académicos y, como manda la costumbre, cada grupo que acudía a la fiesta cocinaba su propia paella mientras disfrutaba riendo, bebiendo y bailando con sus compañeros de su misma universidad. Además, no tenían que pagar ningún tipo de entrada, pues eran los consejos de estudiantes, en colaboración con la propia universidad, quien organizaba y financiaba el evento.
Sin embargo, a raíz de diferentes conflictos, en los últimos años la Universidad de Valencia y la Universidad de Alicante se han desmarcado de estos eventos. En el caso de la UV, los motivos son claros: “Hacía ya muchos años que la celebración de las Paellas en la propia universidad era insostenible, la UV cuenta con XXX estudiantes, por lo que era una utopía que no hubiesen destrozos y quejas”, sentencia Ramón López, actual vicerrector de Políticas de Formación y Calidad Educativa de la UV.
Paralelamente, en ambos casos, las desavenencias entre los grupos estudiantiles de las UV y la UA y la dirección de la universidad en materia económica para financiar las costes del evento han sido otro detonante para su transformación. Como está comenzando a suceder en la Universitat Jaume I, los consejos de estudiantes reclamaban mayor apoyo económico por parte de la universidad para organizar esta fiesta. Xavier Furiò, antiguo miembro del Servei d´Estudiants de la UV afirma que “la intención por nuestra parte era clara: organizar las paellas como de costumbre, pero cada año nuestro presupuesto era menor y las exigencias mayores”.
Aunque es complicado conocer las causas exactas en el caso de la UA, puesto que tanto la vicerrectora de Estudiantes, Nuria Grané, como el Consell d´Estudiants han declinado tomar parte de este asunto, pues afirman que “ya no les concierne”, estas parecen similares al caso de la Universidad de Valencia.
De hecho, ambas han seguido el mismo procedimiento: romper cualquier vinculación con las Paellas Universitarias, por lo que estas fiestas se han trasladado a solares amplios en los que las empresas organizadoras se han encargado de crear un evento al más puro estilo festival. En ellos, la afluencia de gente ronda entre los 20.000 y los 25.000 personas, cada cual de ellas paga una entrada media de 10 euros (en los últimos años las primeras entradas salen a la venta por ocho euros y paulatinamente van ascendiendo conforme se acerca el evento hasta los 15).
Si bien es cierto que, en 2010, la Universidad de Valencia intentó organizar el evento como venía haciendo año a año, salvo con la novedad de que tendrían lugar en una nueva ubicación, frente al puerto de Valencia. Sin embargo el resultado fue nefasto y, a parte de las deficiencias en seguridad, se juntaron las quejas de los vecinos de esta parte de la ciudad. Ello significó el punto y final en la relación entre la UV y las Paellas.
De este modo, en la actualidad, tanto en Alicante como en Valencia, las Paellas Universitarias han pasado a ser un festival más al que los jóvenes acuden por el mero hecho de disfrutar del festival montado. La organización monta el evento sin tener en cuenta al estudiante, como sí ocurre en la UJI o en la Miguel Hernández donde, por ejemplo son los propios estudiantes quienes eligen la música.
Así, incluso en ambas ciudades en ocasiones es la misma empresa quien organiza los festivales y, por ende, se encarga de obtener todos los permisos de los Ayuntamientos, alquilar los solares en los que se celebran (Multiespai La Punta en Valencia y Recinto Ferial Rabasa en Alicante), traer a los músicos y deejays e incluso contratar a una empresa para que elabore una paella gigante que se reparte entre los asistentes junto con un refresco, incluidos ambos en el precio de la entrada.


